No era una subasta de bienes,
era una vida.
O lo había sido.
Supongo que ahora, rota por los juegos de la suerte
empachada de insatisfacción y de derrota
ya no era tanto una vida sino tal vez una convalecencia.
Me pregunto cuántas otras heridas sigilosas
se gritan en procedimiento administrativo.
miércoles, 6 de octubre de 2010
ANUNCIO de 24 de agosto de 2010 sobre subasta de bienes nº S2010R0676001016
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