Tú
que eres el dueño de mis miradas
pues hasta cuando no te miro te veo
tu corazón precipitándose en mi espalda
y tu peso final adormecido
y mi sudor
y mi respiración errante
y nada más.
sábado, 15 de agosto de 2009
Precipitándose
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario