Si el silencio retumbase en el vacío
derribando las paredes de la angustia
estallaría un volcán en mi interior de ira y de frío
y en mi boca inconsolable una renuncia.
Pero no hay saña que temer porque el bocado
es más grande que la vida y que el hastío
y permite que las naves sigan navegando
y las llamas ardan sólo en el infierno mío.
martes, 16 de junio de 2009
Bocado
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