Ay, mi corazón
cuando era joven
cuánto y qué mal amaba.
Ahora que tiene callo
qué lento
pero qué bien
te ama.
martes, 16 de junio de 2009
Bien
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Este oficio de contar las cosas comporta que se pueden contar todas las cosas. No hay temas imposibles y, en consecuencia, tampoco hay cartas imposibles (Joan Barril).
Ay, mi corazón
cuando era joven
cuánto y qué mal amaba.
Ahora que tiene callo
qué lento
pero qué bien
te ama.
4 comentarios:
Pues sí, amiga, que para algo sirven los callos del corazón.
Uno que ya es madurito, jeje.
Saludos.
Yo también te echo de menos, cosa guapa.
BUENISIMO!!!
Y donde vas con tus callos del corazón, ¿al pedicuro o al cardiólogo?
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