Te amé cuando eras agua
vertido en los cauces como ignorante de todo.
Te amé cuando eras cieno
cubriéndolo todo como un velo obstinado.
Te amé cuando eras arena
inconsistente y suave.
Te amé cuando eras cristal que traslucía
lados misteriosos.
Te amé sin condiciones.
Pero luego te tornaste espejo
y toda imagen devolvías
y cada vez que te miraba
sólo encontraba mi mirada.
Y mi amor
que era todo movimiento
murió preso en su reflejo.
viernes, 10 de octubre de 2008
Te amé sin condiciones
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
***
Esta progresión desde el agua a la mirada me encantó Lilith.
Yo tampoco le tengo mucho aprecio a los espejos.
***
El espejo que curva tu mirada no miente sino halaga la caída de tus curvas, que se alzan insinuantes desde mi suelo hasta tu pechos, reflejando en cada centímetro de tu piel todo el calor que mi aliento exhala, incitando mi deseo a moldear con mis manos la arcilla que es tu cuerpo, recreando nuestra lujuria en el tiempo, momentos que tu no pierdes y yo no reclamo, instantes eternos por los que ya no vuelvo la vista atrás. No me digas que el espejo miente, no me lo digas, sí cada reflejo me recuerda que mañana seguirás aquí.
Publicar un comentario