No sirven los golpes
ni la huida.
El doble filo del odio corta otra vez
las mismas heridas.
No importa el recelo,
el despecho, la ira.
Lo peor es el miedo.
Cuando el enemigo está dentro.
Battleships: un solitario como pasatiempo lógico
Hace 8 horas
1 comentario:
Ahí le has "dao". Totalmente de acuerdo.
Publicar un comentario