Te conocí en la media sonrisa
que el sexo esboza en las bocas de las mujeres.
¡Ay!... tenías ese descaro helado
de los paisajes inaccesibles…
Luego te escondiste en la mirada torcida
que los celos enquistan en los ojos de los hombres.
¡Ay!... el descaro se volvió careta…
…y el corazón, paisaje.
Battleships: un solitario como pasatiempo lógico
Hace 5 horas
2 comentarios:
No creo que seamos tan retorcidos los hombres... si lo dices por cualquier otra situación...es precioso de todos modos
Es memoria ancestral de género.
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