lunes, 9 de junio de 2008

Etología de la nostalgia


La nostalgia es un animal de sangre fría cuya existencia está documentada desde los primeros escritos. Habita en las sonrisas oscuras y en las miradas perdidas, sintiendo una especial predilección por anidar en las ventanas. Se reproduce por una ausencia prolongada de contacto, y su sistema de comunicación consiste en un complejísimo conjunto de registros de silencios que es capaz de emitir en cualquier idioma. Algunos estudiosos afirman que las nostalgias son conceptualmente animales carroñeros, pero los acercamientos empíricos a sus costumbres demuestran una y otra vez que sus hábitos alimenticios son en realidad saprofitos, lo que confiere a estos animales un papel fundamental en el círculo de la vida, aunque muy poco reconocido.

Considerado durante siglos un animal salvaje incapaz de cohabitar con los seres humanos, sucesivos intentos de domesticación a lo largo del siglo XVIII demostraron que era posible llegar a convivir pacíficamente con la nostalgia. Hoy día existen personas que han adoptado nostalgias como animales de compañía y reconocen que ya no sabrían vivir sin ellas.

El desarrollo tecnológico que ha alcanzado la humanidad en el último siglo ha afectado seriamente al equilibrio ecológico de esta especie, especialmente sensible a la exposición a ondas de dispositivos móviles o informáticos. También es una amenaza para ella algunas corrientes de pensamiento que afirman que las nostalgias son animales venenosos, carnívoros, o que atacan al hombre. Existen grupos minoritarios que, comprendiendo la importancia del papel que la nostalgia desempeña en la sociedad, como animal saprofito que es, han promovido iniciativas para su conservación bajo el lema: “Soy todo lo que te queda de todo lo que has perdido, ¿puedes prescindir de mí?”.

7 comentarios:

Joan Torres dijo...

Melancólico [Melancolicus agnorantis]

1.m.pl. (zool): Mamífero vertebrado cuyos principales hábitats están en zonas de alto desarrollo tecnológico. De fácil llanto y mirada perdida ignoran cuán fácil cambia el destino, y gustan de regodearse en la apatía y el desconsuelo. Su principal depredador es la alegría contagiosa de sus vecinos o una cena regada de buen vino.

πλάσμα gr. cient.

2.adj. (zool): Se aplica al animal que adquiere esas características.

Eva Torices dijo...

Otros depredadores del Melancolicus:

Un buen beso.
Un buen verso.
Un buen vaso
de vino.
Un visto bueno
al futuro.

Joan Torres dijo...

Suele alimentarse de canciones casi olvidadas, de paisajes bucólicos y amplios,o de recuerdos sofocantes.

Duerme mucho; se diría que hiverna.

Utiliza salas de proyección como madrigueras esporádicas.

Ender Wiggins dijo...

la nostalgia ya no es lo que era :-D

¿Por qué mientras leía estaba sonando la música de "el hombre y la tierra"? :-)

Chema dijo...

Me gusta mucho tu escrito. Además de tener un estilo muy cuidado, guarda esa verdad final que desarma un poco al lector.

Yo siempre he intentado huir de ella. De la nostalgia y de su hermana esperanza. Creo de alguna forma que impiden apreciar lo que tenemos delante. La nostalgia huele como a dolor melancólico. Como a muerte ligera. Como a cementerio florido.

Es posible que un cadáver sea lo último que me queda de todo lo que he tenido? Quizás me queden muchas cosas por perder aún que no veo al leer los epitafios.

Eva Torices dijo...

Gracias por tu opinión. Dudé mucho sobre la frase final, sólo me venía a la cabeza los versos de Borges: "Eres también aquello que has perdido". Después de estas palabras, cualquiera se atreve a escribir sobre la pérdida.

No deberíamos creer que la nostalgia impide disfrutar de lo que viene, sino justo lo contrario. La nostalgia es la confirmación de que somos capaces de amar, de tener, de valorar, de conservar... la nostalgia es la única prueba de que trascendemos. Sin ella, perderíamos definitivamente todo aquello que alguna vez valoramos, y no quedaría campo fértil donde cultivar un nuevo vínculo. De ahí la insistencia en que las nostalgias son animales saprofitos.

Fenix dijo...

Hola!

¡Vaya un descubrimiento tu blog! Hacía tiempo que no encontraba un texto o un poema que me conmoviese...

Este en concreto en recordo en estilo a uno parecido que escribí hace tiempo, sobre la diagnosis y tratamiento del optimismo (pero cuanto nos aburrimos los estudiantes de biología XD). Solo que tu lo has escrito mejor ¬¬

Genial también la ultima frase, y la de Borges (que no conocía). En cuanto a la nostalgia en si... no se que opinar. Supongo que tiene muchas facetas.

Un saludo

 
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