Es tarde, muy tarde,
noche cerrada
lágrimas abiertas.
La música se desgarra en mi estómago y da sentido
al sueño de mis ojos y a la luz fantasmal entre las sombras.
La nostalgia se ha hecho dueña.
Aún tengo tu olor en mi cuerpo
no te vayas nunca
nunca
nunca
de mis dedos.
martes, 2 de septiembre de 2008
Wonderful tonight
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
Por qué será que la música siempre provoca esas cosas...
Saludos!
La nostalgia se ha hecho dueña...
Te dije que no confiases en ella. Que no se deja tocar, pese a que se muestra con soltura, y cuando te das la vuelta, ahí la tienes, llamándote con esa voz tan de,,, tan de nostalgia.
Un beso, Lilith.
Cómo no confiar en la nostalgia, si es tan dulce, silenciosa, suave e inofensiva como un gato, y se acurruca, y ronronea, y te invita a abandonarte como si fueras un cachorro en el regazo. Cómo no confiar en la nostalgia si nos da el poder casi divino de poseerlo todo, lo futuro, lo pasado, lo perdido, lo arrebatado.
Y luego te destroza el corazón de un arañazo, te aboca a un vacío estrepitoso como si tus alas fueran de cera.
Hijos de dioses, confiados poseedores de gatitos salvajes, os dijimos que no os fiarais de la nostalgia.
No pudimos escucharos.
La nostalgia, que atrapa entre los dedos, los recuerdos gratos.
me ha venido a la mente la caída en desgracia de radio3. Snifffff.
"confiados poseedores de gatitos salvajes"
ese soy yo, porque tengo un torito negro que las arma pardas... ¿eso me convierte en un hijo de Dios? ¿no dijo Nietzsche que Dios había muerto? ¿donde está mi parte de la herencia?
Gracias,Lilith, me alegra qeu te gustara el poema de Blas de Otero. Por lo que veo aquí, yo también te seguiré leyendo. Un abrazo, hasta pronto
Publicar un comentario