Necesito un instante más para terminar de ver tus manos
infinitas en su quehacer,
para oír toda tu risa
que siempre se alarga un poco más que mi constancia,
un segundo más para quererte
y comprenderte entero.
Este oficio de contar las cosas comporta que se pueden contar todas las cosas. No hay temas imposibles y, en consecuencia, tampoco hay cartas imposibles (Joan Barril).
Necesito un instante más para terminar de ver tus manos
infinitas en su quehacer,
para oír toda tu risa
que siempre se alarga un poco más que mi constancia,
un segundo más para quererte
y comprenderte entero.
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